El 7 de Junio es Día del Periodista Argentino. Esta celebración fue dispuesta por el Primer Congreso Nacional de Periodistas celebrado en Córdoba en 1.938.

La fecha elegida es un homenaje a La Gazeta de Buenos Ayres, primer periódico argentino, fundado por el Dr. Mariano Moreno, y cuyo primer número salió el 7 de Junio de 1.810.

Mariano Moreno es uno de nuestros primeros próceres, Secretario de Guerra y Gobierno en la Junta de Gobierno resultante de la Revolución de Mayo de 1.810. Era un gran orador y escritor, que se había formado abogado en la Universidad de Chuquisaca, territorio que hoy es Bolivia. Luego de estudiar en la Universidad, continuó viviendo en Chuquisaca, hasta que su defensa de indígenas le trajo graves problemas que lo obligaron a volver a Buenos Aires.

Como Secretario de la Junta de Gobierno proclamada el 25 de Mayo de 1.810, creó el periódico La Gazeta de Buenos Ayres, para que el pueblo tuviese acceso a la información relacionada con los hechos locales, nacionales e internacionales, igual que las disposiciones y actividades oficiales.

Mariano Moreno era uno de los redactores del periódico, en el que publicaba encendidos artículos destinados a sembrar en el pueblo la consciencia cívica y patriótica. Sus gestiones y alegatos a favor de la libertad de comercio que daría entrada a los productos de Inglaterra, no debe entenderse como una falta de patriotismo de Moreno, que publicaba en La Gazeta advertencias para que nuestro pueblo esté atento para conservar sus intereses y derechos. Exhortaba a ser atentos y corteses con los extranjeros, recibiéndolos bien para lograr un ventajoso intercambio de nuestros productos brindados por la Naturaleza, a cambio de sus adelantos, pero sin dejarnos engañar. En uno de sus artículos decía: “… pero miremos sus consejos con la mayor reserva, y no incurramos en el error de aquellos pueblos inocentes que se dejaron envolver en cadenas, en medio del embelesamiento que les habían producido los chiches y abalorios”.

Tradujo y publicó en La Gazeta de Buenos Ayres El Contrato Social, de Jean-Jaques Rousseau, obra esclarecedora y revolucionaria para la época. En el prólogo, Moreno expresaba, entre otros valiosos conceptos: “… si los pueblos no se ilustran… será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía.” “¡Feliz la Patria si sus hijos saben aprovecharse de tan importantes lecciones!”

También gracias al primer periódico argentino, el pueblo pudo conocer el Reglamento de Supresión de Honores impulsado por Mariano Moreno, que es un honorable documento que pretende colocar en su lugar a los funcionarios públicos, comenzando por los propios integrantes de la Junta de Gobierno. El Reglamento prohíbe las atenciones especiales para con los gobernantes, más allá de lo relacionado con lo especial de sus funciones. Las prerrogativas que el Estado confiere a sus funcionarios civiles o militares son destinadas exclusivamente a ellos, no pudiendo extenderse a sus esposas. En las diversiones públicas no debe haber un palco especial para los integrantes de la Junta de Gobierno, debiendo cada uno de ellos, si pretendía presenciar los espectáculos, pagar su entrada como cualquier ciudadano. Éstos y otros frenos ante la posible tentación de los funcionarios de gobierno por erigirse en pequeños monarcas, le acarreó antipatías peligrosas.

La lucha política y periodística de Mariano Moreno se acabó cuando fue enviado a Inglaterra en misión oficial y murió en alta mar bajo circunstancias sospechosas. Posiblemente ha sido el primer político argentino en colocar los intereses de la Patria por encima de las apetencias personales y el primer periodista argentino que no buscó agradar al lector, sino informarlo con veracidad y contribuir a su formación patriótica.

Los idealistas del periodismo toman al Dr. Mariano Moreno como una guía de conducta. Desde 1.810, el periodismo ha cambiado mucho. Hay especialistas para cada actividad, algunos periodistas son verdaderas estrellas del espectáculo informativo, hay crecientes sospechas y acusaciones de falta de veracidad contra unos y otros. El Código de Supresión de Honores parece haberse perdido en alta mar junto con el cadáver de Moreno. Parece ser que los “chiches y abalorios” nos han deslumbrado nomás a los ciudadanos de la Patria.

Desde los medios de difusión nos ordenan qué comprar, qué vender, a quién querer, a quién odiar, a quién creer, e incluso nos dicen cómo debemos expresarnos o, mejor dicho, nos indican cómo entre todos podemos seguir modas impuestas para destruir nuestro lenguaje y nuestra cultura.

Cada vez se hace más difícil interpretar la información periodística, por el vocabulario confuso y por lo sospechoso de algunos contenidos. La ausencia de veracidad en la información lleva al lector a tomar decisiones equivocadas, con perjuicio para sí mismo o para otros, incluso para toda la sociedad.

Muchas informaciones verdaderas se distorsionan por fallas en el uso del idioma. Si prestamos atención a la forma de escribir y de expresarse actualmente, ya sea en el vulgo o en los medios de comunicación masiva, y comparamos con lo que hemos vivido hace unas décadas, veremos cómo el idioma castellano, y posiblemente otros, está siendo degradado y encaminado hacia la confusión. Cualquier ejército se torna vulnerable si sus comunicaciones son deficientes; cualquier pueblo o país también.

¿Qué está pasando? ¿Será que las escuelas de periodismo no están preparando adecuadamente a sus alumnos? ¿Será que hay gente ubicada en puestos para los que no está preparada? ¿Será que la urgencia por satisfacer necesidades lleva a algunos periodistas hacia la complacencia y arreglos con ciertos personajes o sectores de la comunidad?

Cuando leemos un diario, revista o cualquier periódico, cuando vemos televisión o escuchamos radio, estamos comprando el producto que ha preparado el periodismo. Debemos aprender a ser exigentes con lo que compramos. Como decimos en Santiago del Estero: Que no nos vendan pocotos por uvas.

El periodismo es un medio rápido para llegar a la población con cualquier mensaje. Quien domine al periodismo, dominará a la sociedad. Como sociedad, tenemos que bregar para que el periodismo sea dominado por la honestidad, la veracidad y el patriotismo genuino.

Para quienes sueñan y trabajan por un periodismo honesto, vaya un caluroso saludo en su día y un deseo de que no los destruya el fuego que mata ideales ni los apague el agua del olvido y la negación.

05 de Junio de 2.012