Por Crístian Ramón Verduc
29/08/2017
No es fácil correr una maratón.

“Corren maratón solamente unos pocos.” La maratón es para los mejores.” Son muchas las afirmaciones que podemos encontrar respecto a la prueba atlética de largo aliento. Nos parece adecuado decir solamente que no es fácil aunque, después de todo… ¿Qué es fácil y qué es difícil en la vida?

Cuando alguien hace una o varias cosas en forma continua y a buen ritmo, suele decirse que está en una maratón. Hay propagandas que anuncian alguna actividad comercial o artística como una maratón. La palabra “maratón” se ha convertido, por el uso y la costumbre, en sinónimo de acción prolongada y continua. De hecho, el concretar una maratón requiere esfuerzo y dedicación.

Conocemos como origen del sustantivo “maratón” al nombre de una aldea o ciudad en territorio griego. Hemos leído en los libros de Historia que el imperio persa estaba atacando a los helenos en la Península Helénica. Los griegos esperaron a los persas (hoy serían iraníes) en la planicie cercana a la aldea Maratón, a una distancia no muy grande de Atenas. Tras ardua batalla, los griegos vencieron, poniendo en fuga a los persas, que debieron subir a sus embarcaciones y hacerse a la mar.

Dicen antiguos historiadores y relatos míticos, que un soldado llamado Eucles, habría corrido desde Maratón hasta Atenas para llevar la noticia de la victoria griega sobre los persas; que había corrido con todo su equipamiento de guerra puesto, y que por el gran esfuerzo habría muerto poco después de su llegada a la ciudad. Otro relato dice que el soldado Filípides corrió hasta Esparta para pedir refuerzos. 

Este gran esfuerzo de un antiguo soldado griego inspiró el nombre y distancia de la prueba atlética llamada Maratón, que fue incorporada a las Olimpiadas Modernas, que se iniciaron en 1.896 en Atenas. En esa primera edición de la gran fiesta mundial del deporte, que ocurre cada cuatro años, se presentó por primera vez como una competencia atlética reglamentada la carrera pedestre de largo aliento llamada Maratón. El ganador de la Maratón Olímpica recibe una medalla de oro, al segundo le entregan una medalla de plata, para el tercero hay una medalla de bronce y, a partir del cuarto competidor por orden de llegada, seguramente en el alma queda guardada una medalla imaginaria como premio al esfuerzo y la dedicación.  

La Maratón ha tenido su proceso evolutivo desde esa primera edición, hasta quedar establecida, desde hace bastantes años, como una carrera pedestre de 42.195 metros de recorrido, en la que poco a poco se ha aceptado la participación femenina; actualmente y desde hace varios años, hay una categoría masculina y una femenina. Con el uso y la costumbre, en nuestros pagos pasaron a llamar maratón a las carreras pedestres de fondo realizadas en circuitos callejeros. Las carreras pedestres de fondo son las de más de kilómetros de distancia. En las pistas de atletismo, las pruebas de fondo que se corren son de 5.000 y 10.000 metros. Las que se corren fuera de las pistas son llamadas pruebas de calle, y generalmente reciben el contundente nombre de Maratón.

En honor a la verdad, se debería llamar Maratón únicamente a la carrera pedestre que cubra una distancia de 42.195 metros, como lo es la Maratón Olímpica, que se corre cada cuatro años como uno de los momentos culminantes de cada Juego Olímpico, y a las pruebas que se corren en distintas grandes ciudades del mundo, respetando la distancia de cuarenta y dos kilómetros con ciento noventa y cinco metros. También suele correrse la mitad de esa distancia y, en ese caso, a la prueba se la llama Media Maratón.

En atletismo, participar en carreras de distancias menores a las de una Maratón o Media Maratón, no es un esfuerzo menor, pues la “poca” o “mucha” distancia es igual para todos los participantes a los que uno quiere vencer. La velocidad con que se corre suele ser mayor cuanto menor es la distancia de la carrera.

La autosuperación, la que se logra con una buena preparación, va a permitir que uno corra toda la carrera y logre un buen resultado. Uno puede influir sobre la propia superación, pero no sobre el rendimiento de los otros competidores, por lo que para juzgarse a uno mismo, es mejor verificar el propio rendimiento en cuanto a velocidad lograda, que llevarse por la colocación lograda en la carrera, pese a que el objetivo es ganar la carrera y es lo que los conocidos del atleta esperan. Un buen trabajo en equipo, sobre todo para el entrenamiento, del que serán partes imprescindibles la familia del atleta, el entrenador, el preparador físico, el asesor médico, el nutricionista, el apoyo logístico durante la carrera y, por supuesto, el atleta, permitirá mejorar en forma notable el rendimiento del corredor.

Así como el nombre de la aldea Maratón ha sido tomado para nominar una carrera pedestre similar a la realizada por un soldado griego, también ha sido utilizado para dar nombre a carreras pedestres de largo aliento que no llegan a cubrir la distancia de una Maratón. Del sustantivo Maratón ha surgido el adjetivo maratonista, para nombrar a quienes corren una maratón. El nombre maratón se aplica también a otros esfuerzos prolongados y continuos; por eso es que se dice que hubo una maratón de alguna actividad e inmediatamente entendemos que se refieren a una actividad de mucha duración e ininterrumpida.

Gente de nuestro Alero Quichua Santiagueño participa desde hace pocos años en la Maratón Folclórica Radial Nacional e Internacional. Esta acción prolongada y de ritmo sostenido, consiste en la emisión, desde un determinado lugar, de programas radiales folclóricos presentados por difusores de distinta procedencia, los que durante dos horas cada uno, expondrán lo relacionado con su provincia por medio de la música, la poesía y los comentarios sobre el folclore de su región de origen. 

Si nos ponemos a considerar el término Maratón y sus derivados, según la aplicación cotidiana que se le da a la palabra, cada día estaríamos corriendo una maratón para poder lograr los objetivos que nos planteamos. En cuanto al rescate, valorización y difusión del quichua y las tradiciones santiagueñas, hay mucha gente en una tarea maratónica destinada a lograr lo mejor para el habla ancestral.

El medio para enfrentar esta maratónica actividad es la autosuperación, el procurar los modos de servir cada vez mejor al quichua, sin buscar vencer a otras personas que están embarcadas en la misma tarea. Así como el soldado griego habría corrido para llevar la noticia del triunfo o para buscar ayuda, debemos mantener la comunicación entre nosotros, ya sea para compartir novedades o para ayudarnos mutuamente, pues el esfuerzo por el quichua es, además de agradable, arduo y prolongado.

Si logramos una buena comunicación y esfuerzo coordinado entre quienes queremos al quichua, lograremos para él una valiosa medalla de triunfo cada día.    

29 de Agosto de 2.017.

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