Por Crístian Ramón Verduc
25/12/2018
Cada fin de año es tiempo de balance.

Nos habíamos acostumbrado a ello en los años en que nuestro Alero Quichua tenía Personería Jurídica. Como entidad cultural sin fines de lucro, debía registrar todo movimiento económico durante el año, cerrar el ejercicio el 31 de Diciembre y hacer el balance, pues en noventa días como máximo había que celebrar Asamblea Anual Ordinaria, con la presentación previa del Balance Anual e Informe de la Comisión Revisora de Cuentas.

Algo similar ocurre en las instituciones deportivas, en las cooperativas y en los organismos que procuran obtener ganancias materiales por medio de sus actividades. Para las entidades sin fines de lucro, la ganancia está en la actividad misma, pero igual hay que registrar los movimientos económicos que hubiere, para mantener informados a los organismos oficiales de control.

Cerca de cumplir ocho años de actividad, nuestro Alero tramitó la Personería Jurídica para tener los derechos civiles correspondientes. La primera Asamblea fue celebrada en la peluquería de Don Sixto Palavecino, Avenida Belgrano casi Alsina, en Agosto de 1977. Ya era habitual reunirnos los Lunes por la noche, sobre todo para evaluar el programa radial del día anterior, ver qué habría que corregir y planificar otras actividades.

A partir de la Personería Jurídica, había que labrar actas de reuniones y de Asambleas, asentar en los libros los movimientos económicos, guardando ordenadamente los comprobantes. Antes de esa época, cada vez que era preciso hacer un gasto, se organizaba una rápida colecta interna, lo que suelen llamar “una vaquita” para reunir el dinero justo para el gasto. Una vez transformado el Alero en una persona jurídica, había un ingreso permanente por cuotas sociales, las que eran mínimas pero sumadas servían para gastos menores y también para que el balance anual diera siempre un saldo positivo. Al ser una entidad cultural con Personería Jurídica, el Alero Quichua podía gestionar apoyo para diversas actividades que ocasionan gastos.

Sobre el final del siglo pasado, diferencias internas y falta de preparación para sostener una institución, llevó a instalar la idea de que la audición radial era una entidad distinta a la persona jurídica, por lo que una parte de la gente optó por seguir con el movimiento institucional y otra parte con el programa radial. Finalmente, el grupo que no tenía la audición radial fue quedando sin actividad, mientras que el otro grupo se reducía notablemente en número, al tiempo que la emisora de radio perdía potencia de emisión por problemas técnicos.

El paso por Santiago del Estero del Ingeniero Oscar Agazzi, su encuentro con Don Sixto Palavecino y su decisión de contribuir a quichuizar al mundo desde una página de Internet, es lo que promovió el resurgimiento de un Alero Quichua vigoroso, nuevamente con diversas actividades a partir del programa radial. La Fundación Tárpuy fue la impulsora de estas actividades. No se volvió a solicitar la Personería Jurídica, pues había grandes posibilidades de “tropezar con la misma piedra”.  

Los negocios y empresas deben calcular sus ganancias y para ello hacen controles diarios o periódicos y el balance anual. Antes del balance hay que revisar las deudas a cobrar, para determinar cuáles se pueden contar como parte del patrimonio y cuáles se considerarán incobrables, por lo que pasan a representar una pérdida. Cuando se compra algo que se va a utilizar y no va a permanecer, se considera un gasto, pero cuando se compra algo que va a formar parte del activo de la empresa, el patrimonio no se altera, pues se ha cambiado dinero o deuda por un bien.

Una vez verificada la existencia de bienes, pérdidas y ganancias, se determina si el año produjo ganancia (superávit) o pérdida (déficit). Una empresa deficitaria puede sobrevivir a pocos períodos en esas condiciones, pues ese tipo de organizaciones deben producir ganancias que se repartirán entre sus integrantes, que viven de ello.

En una entidad cultural, el balance que determinará el crecimiento económico es poco menos que una formalidad, pues un organismo cultural que se precie de tal no ha de tener al dinero como un objetivo, sino como un simple medio que ayude en ciertas cosas, para alcanzar las metas inmateriales previstas, metas que dependen de la actividad de los integrantes de la entidad.

Llegamos a fin de año y en el Alero Quichua Santiagueño no tenemos que hacer recuento de bienes ni control de ganancias y pérdidas económicas. Es un buen momento para reflexionar sobre lo hecho y lo ocurrido durante el año, para fijarnos metas respecto a 2019.

Como había sido prometido, el ciclo 2018 ha comenzado el primer Domingo de Marzo, con muy buena concurrencia de participantes. Cada vez es mayor la cantidad de gente que de un modo u otro quiere ser parte de este movimiento cultural que tiene por objetivo la revalorización y difusión del quichua, junto con las tradiciones santiagueñas y su arte nativo.

Un día después del segundo programa del año, un fuerte vendaval sacudió la estructura del Alero: Rubén Palavecino falleció repentinamente. Tal como lo venía haciendo desde hacia varios años, había conducido el programa radial el día anterior, sin que nada nos hiciera prever su partida.

El Domingo 18 ocurrió un hecho auspicioso: El programa radial se emitió a pesar del dolor asombrado, demostrando al mundo y a nosotros mismos que el Alero Quichua soporta grandes tormentas y se recupera, para seguir procurando quichuizar al mundo.

Este año se emitieron treinta y nueve programas, de los cuales uno no pudo ser guardado en la página y otro corresponde a una emisión especial del programa Zona Musical. Son cerca de ochenta horas las que hemos tenido este año para cumplir con el objetivo de quichuizarnos y quichuizar, santiagueñizarnos y santiagueñizar.

Hemos podido concurrir al 4º Festival Provincial y Cultural de Lengua Quichua en El Cruce (departamento Figueroa); se ha celebrado el Día de la Cultura Quichua en la Municipalidad de Santiago del Estero, con un sentido homenaje a la memoria de Rubén Palavecino; también estuvimos en el 7º Encuentro con la Cultura y el Arte Ancestral (Barrancas, departamento Salavina) y en el Tercer Encuentro Provincial Interescolar de Cultura y Lengua Quichua (Barrancas, departamento Figueroa).

Gente del Alero Quichua anduvo sembrando el canto nativo bilingüe en distintos lugares de nuestra provincia y en otras, obteniendo muy buenos resultados en cuanto a difusión del quichua.

Hay planes para el próximo año. No podemos hacer un balance formal para sopesar lo bueno y lo malo que nos ocurrió durante este año que termina, pero sí podemos (y debemos) agradecer a Tata Yaya (Tata Dios) por mantener vivo nuestro Alero Quichua Santiagueño.

Cusi huata mósoj tucúypaj (Feliz año nuevo para todos).

25 de Diciembre de 2.018.

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La audición radial se caracteriza por su espontaneidad, no se elabora un libreto en razón de que el programa se hace en vivo con la participación del público que se hace presente en el Salón Auditorium.
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