Si bien está en el departamento Salavina, Barrancas tiene bastante comunicación con Villa Atamishqui. Desde Barrancas, Villa Salavina está un poco más cerca que Villa Atamisqui, pero Atamishqui es el paso casi obligatorio para ir a la ciudad Capital de la provincia por la ruta nacional 9.

Dice don Mario Garnica que el nombre de su pueblo se debe a que el pueblo se había formado a orillas del Río Dulce, que en esa parte tenía barrancas en la margen derecha. Con el tiempo, el río se fue retirando hacia el Naciente, pero el nombre Barrancas quedó en el lugar.

El Sábado 14 de Junio, en la escuela N° 804 “Fermín Sabalza”, se hizo el 14° Encuentro con el Arte y la Cultura Ancestral, y hacia allá fue una delegación del Alero Quichua Santiagueño, respondiendo a la oportuna invitación del profesor Bernardino Coronel, director de la escuela. El director también había invitado al Dúo Quichuamanta para dar un taller durante esta importante jornada; se optó por hacer una nueva versión del taller de cancionero quichua, que ya se había hecho en dos ocasiones.

 La mañana era lluviosa y ello causó atraso en la programación, además de modificaciones por la ausencia de algunas delegaciones escolares, que debían venir desde lugares cuyos caminos se hacen difíciles de transitar cuando llueve.
El acto de apertura del encuentro comenzó cerca del mediodía, en un gran salón interno. Hubo momentos emocionantes, como cuando se recordó a Pascual Chávez, fallecido hacía cinco meses ese día. Pascual, el querido Pashcu, era docente, cantor, guitarrista, quichua hablante e integrante del conjunto Sachanmanta; es decir, era compañero de conjunto del director de la escuela anfitriona, y ambos, junto al bandoneonista Darío Coronel, eran grandes animadores de la parte artística de este encuentro.

Otro momento emocionante fue cuando hubo un reconocimiento para don Mario Garnica, vecino, quichuista y docente ex director de la escuela en la que nos encontramos cada año. Don Mario Garnica está bastante mayor de edad y es un gran memorioso de las características de la zona y de los acontecimientos ocurridos en ella. Es un archivo viviente de la memoria colectiva.

Terminada la apertura del encuentro y habiendo escampado, con el cielo dominado por el cálido Inti, las actividades pasaron al patio del local escolar. Hubo danzas folclóricas a cargo de alumnos y docentes; después talleres culturales y presentaciones artísticas. Entre esas actividades, el Dúo Quichuamanta presentó su taller de cancionero quichua, explicando someramente cada pieza musical y un modo tradicional de cantar algunos temas folclóricos santiagueños en quichua. La respuesta del público fue muy buena, aprovechando las copias de las letras cantadas que se distribuyeron, ya sea siguiendo el canto con la vista o cantando a viva voz.

Fernando Brandán, otro integrante de la delegación, dio un taller sobre la zamba, tocando muy bien a guitarra y cantando, además de explicar sobre los temas a interpretar y sobre la zamba en general. Hubo otros talleres, a cargo de otras delegaciones, y presentaciones del arte cancionero, poético, de danzas y arte escénico.

Al caer de la tarde, hubo un paréntesis en estas actividades, para que los presentes pudiesen disfrutar, en la cancha aledaña al local escolar, de la carrera de sortijas, en la que se ve la habilidad de los jinetes. Poco después del anochecer, estaba todo dispuesto para la peña con que todo concluiría unas horas después. Sobre los montes cercanos teníamos una disputa por la posesión del cielo entre las estrellas y las nubes.

A poco de comenzar la peña folclórica, fue el turno de actuación del Alero Quichua Santiagueño, muy esperado por los presentes. Después de las palabras de apertura, a cargo de Casilda Chazarreta con el fondo musical de la armónica de Sebastián Basualdo y la guitarra de Fernando Brandán, hubo vidalas cantadas por Sebastián Barraza primero, poco después por Alo Gorosito; las chacareras y gatos, en quichua y castellano, se hicieron escuchar en las voces de Alejandro Iñíguez, Juan Acuña y el dúo Sergio y Alcira; el canto quichua con raíces profundas en la tradición, a cargo de Sebastián Basualdo, fue una satisfacción extra para el público quichuista, que siguió con gran alegría el cierre de actuación, con las breves frases de despedida por Casilda Chazarreta, entre estrofa y estrofa de la chacarera La ñaupa ñaupa, cantada por toda la delegación.

El regreso de la gente del Alero Quichua Santiagueño fue seguido por Quilla, la Luna, que se había alzado sobre los montes desde más allá del Mishqui Mayu, el milenario Río Dulce.      

17 de Junio de 2025.