Por Crístian Ramón Verduc
15/01/2013
Hablar de aves de corral parece algo sencillo, una pavada.

Hablar de aves de corral parece algo sencillo, una pavada. El pavo doméstico es un ave americana que ha sido distribuida por todo el mundo como fuente de alimento, por causa de su robustez, su carne sabrosa y su cría relativamente fácil. En las recientes fiestas de fin de año, seguramente hubo una gran disminución en la población de pavos domésticos, pues son muchas las familias que comparten un pavo al horno en la mesa navideña. Un dicho popular, ahora un poco exagerado, dice que el pavo suele estar en el gallinero del pobre y en la mesa del rico.

En general, nuestra gente campesina cría aves de corral sueltas por el patio y los fondos de la casa. Durante el día se pueden ver gallinas, patos, gansos, pavos y “gallinas de Guinea” merodeando en busca de algo qué picotear; incluso entran en el monte cercano, procurando algo más que el maíz que diariamente les tira la gente de la casa como regando el patio con los granos. La alimentación de las aves es una actividad entretenida para grandes y chicos en las casas rurales. Primero desgranan en un balde los choclos maduros y secos que sacaron de la troja; esta tarea se cumple a veces entre dos o tres personas, como quien conversar y compartir el mate mañanero.

Después, quien va a arrojar el maíz a las aves, va al patio y sacude el balde o tarro para que suene por causa de los granos saltando, al tiempo que grita “piu piu piu” o “tic tic tic” repetidas veces. Las aves, que estaban esperando esa señal, vienen corriendo o volando bajo desde la represa, desde el monte, desde el cerco, desde donde andaban escarbando y picoteando.

Muchas veces, los pollos jóvenes se adelantan y tratan de picotear en el recipiente durante el desgranado de los choclos. Cuando las aves de la casa no son muy numerosas, se suele desgranar directamente al suelo después de llamar a las aves. Ese momento de la alimentación suele ser también el de la captura de alguno de los animales.

No siempre se los captura para matarlos y comerlos; también es necesario capturarlos para curarlos si se los ve enfermos o heridos. También se los captura para venderlos, o para aislarlos por un tiempo a los que son peleadores. Las “gallinas de Guinea” suelen ser muy agresivas, pero igual pueden convivir con las otras aves de corral. Es una ave originaria de África que ha sido domesticada y llevada a distintos lugares del mundo. En el Noroeste Argentino se las suele llamar simplemente “guineas”.

El ganso doméstico es un ave palmípeda grande que ha sido domesticada en el Antiguo Egipto, en Europa y en Asia. En la casas de nuestra campaña donde crían gansos, dicen que son tan guardianes como los perros, capaces de atacar a los intrusos nocturnos y dar fuertes voces de alarma ante algo extraño.

De las aves de corral, la más común en nuestra región es la gallina, al punto que cuando se construye un cerramiento para tener a las aves domésticas, se lo llama “gallinero” aunque no sea exclusivo de las gallinas. En quichua, a la gallina la llamamos atashpa. Al menos en el quichua de Santiago del Estero no hay una palabra específica para el gallo como tenemos en castellano.

La gallina doméstica es originaria de Asia, ha sido domesticada en la China hace milenios y de ahí ha pasado a poblar el mundo llevada por el hombre. Por otra parte, antes de la llegada de los europeos, en lo que hoy es Chile existía domesticada por el pueblo mapuche la “gallina araucana”, con posible origen polinesio.

El pato blanco, llamado “pequinés”, es originario de China y lleva muchos siglos de vida doméstica, por lo cual es manso y de fácil cría. El pato criollo, de gran tamaño y de colores oscuros y blancos, es una especie americana que ha sido domesticada por los pueblos originarios de nuestro continente.

Los pavos domésticos son también propios de América, han sido domesticados por los pueblos originarios de Méjico hace unos dos mil años; los colonizadores los han llevado a Europa y han pasado a ser primero un manjar para la gente adinerada, para luego popularizarse.

En Brasil al pavo lo llaman “perú” por que la mayoría de los colonizadores portugueses llamaban Perú a toda la América Hispana. Posiblemente habrán llamado al pavo “ave del Perú” o algo así; con el tiempo quedó simplemente como “perú”. En Inglaterra le llaman “turkey” por que el pavo les llegó desde Turquía, donde fuera introducido desde América.

En algunas casas del campo o de la ciudad suelen tener algunos ejemplares de pavo real, que en su aspecto es hermoso, de plumaje colorido y una gran cola con dibujos que parecen ojos. En sus hábitos, este pavo originario de Asia es muy parecido al pavo americano.

El pavo tiene su protagonismo en las creencias y en el habla popular. Tal vez por su tamaño o por su simplicidad, propia de cualquier ave doméstica, pavo es sinónimo de tonto. De esa idea surgen dichos como “es un pavo”, “hablan pavadas” y, para ciertos adolescentes complicados, suele decirse que están “en la edad del pavo”.

En la provincia de Tucumán, la palabra “pava” es sinónimo de fácil. Los tucumanos suelen decir que algo es “pavita” o “pava” para significar que es fácil de hacer. También dicen que alguien es “pava” cuando es fácil de derrotar en una pelea o en otro tipo de confrontación.

El cuello y cabeza del pavo macho carecen de plumas; esa parte de piel expuesta es de color rojo con tonos azules. Esa piel desnuda presenta una protuberancia blanda que cuelga por sobre el pico. Los criollos llamamos “moco”a ese colgajo de piel gruesa. Aparentemente, esa piel colorida colgando tiene como única función la de atracción visual para seducir a la hembra. Tal vez por considerar que esa parte del animal es inservible y sin valor, cuando algo es simple y de poca importancia, nuestros criollos dicen que eso es “moco e’ pavo”, similar a la expresión “chala e’ choclo”.

Mientras tanto, rodeado de dichos y famas, este animal robusto que fue llevado de nuestro continente a las mesas de todo el mundo, se pasea tranquilo escarbando y picoteando como cualquiera de sus vecinos del gallinero o del patio. Cuando el macho quiere impresionar a una posible pareja, abre la cola en abanico, eriza las plumas de todo el cuerpo y camina ceremonioso, “pavoneándose”; es su forma de cortejo nupcial. En esos momentos, cualquier ruido fuerte y brusco lo hará soltar su grito característico.

Algunas familias aprovechan eventualmente los grandes huevos que pone la pava, aunque generalmente se los deja para que se reproduzcan y aumente el plantel de pavos, ya sea para venderlos o faenarlos para consumo de la casa.

En los montes de gran parte de América del Sur salta o vuela de árbol en árbol la pava del monte, ave de mediano porte, de color negro, con una mancha roja en la garganta. Es una especie más cercana a la charata y al faisán que al pavo.

Mientras tanto, el pavo se pasea lo más orondo por los cercos, patios o gallineros, muy cerca del humano, merodeando las mateadas para picotear algún pedazo de pan casero o chipaco si le dan.

¿O será que se acerca para escuchar, por si hablamos pavadas?

15 de Enero de 2.013.

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