Por Crístian Ramón Verduc
19/01/2021
“El espectáculo debe continuar.”

Palabras más, palabras menos, esta sentencia ha sido repetida muchas veces en distintos tiempos y ante distintas situaciones. En cierto modo, se parece a: “El mundo sigue andando”, como restando importancia a lo que pueda estar ocurriendo con una persona en particular. Dicen que la realidad es cruel y en parte es cierto. 

Un cantor y autor profesional dijo una vez que en algunas ocasiones hay que salir al escenario a cantar aunque en ese momento hubiese fuertes dolores en el cuerpo o en el alma. A pesar de las circunstancias personales, el profesional debe atender su fuente de trabajo, su medio de vida.  

Como quiera que sea, casi toda la gente precisa una fuente de ingresos económicos para poder satisfacer sus necesidades materiales, más aún si debe hacerse cargo de otras personas. Hablando “en criollo”, todos deberíamos tener un trabajo.  

El Payo Oroná dice en su Rancherita para mí: “Me preguntaron ¿Cuál es su oficio? Les contesté ‘Mi oficio es cantor’. – Le preguntamos de qué trabaja, y no cuál era su diversión.” Un legítimo deseo que todos o casi todos tenemos, es el de tener como medio de vida la actividad que más nos gusta, esa actividad que nos apasiona. En el tema musical mencionado, El Payo Oroná hace referencia a la incomprensión que recibe quien desea hacer de su pasión artística un medio de vida. 

Hay actividades laborales que producen bienes y servicios que son muy requeridos por la población, como ser lo relacionado con la alimentación, la vestimenta, la vivienda, la construcción de caminos, las máquinas y herramientas de toda índole, el transporte de objetos y de personas, los medios de comunicación, etc. 

También hay actividades que, en el fondo, sería muy bueno que no fuesen necesarias, como lo son la medicina curativa, la seguridad y la defensa. Sería lo mejor para nosotros no tener que necesitar nunca de una curación, por no enfermarnos ni herirnos nunca, pero eso es impensable, por más que lo deseemos. También sería muy lindo vivir en una sociedad en la que nadie hiciese daño a nadie ni a nada, una sociedad en la que no hiciese falta un sistema policial de seguridad y, yendo más allá, un mundo en el que ningún país avanzase sobre otros, produciéndose así el desarme mundial, con la consecuente desaparición de las fuerzas militares por innecesarias. 

La realidad nos muestra que necesitamos bomberos, policías, médicos, enfermeros, militares, servidores públicos en general, lo que lleva a que la comunidad contrate una cantidad de funcionarios que se han de ocupar del bien común como medio de vida. 

En la vida en sociedad, durante la semana satisfacemos necesidades: Si necesitamos alimentos, vamos a comprar en los lugares que vienen a ser la terminal de todo un complejo sistema de producción. Un ejemplo simple: Para que podamos comprar pan, hay toda una cadena productiva o, mejor dicho, un sistema parecido a la cuenca de un río, que tiene varias nacientes y desemboca en el lugar donde compramos pan. Podemos decir que la producción de harina comienza con el agricultor que siembra el trigo y finaliza en el comercio mayorista en el cual se provee el panadero. La producción de la levadura de panadería también tiene su origen en el campo, y en la cadena de producción que finalmente pondrá el producto en manos del panadero, al igual que con la harina y con la sal, hay todo un sistema de transporte consistente en vehículos y caminos, hay un trabajo de empaquetado y en todos los casos se utilizan artefactos que en algún momento han sido fabricados por alguien.  

La provisión de agua, electricidad y combustibles, imprescindibles en la vida hogareña y en los lugares de producción o venta, también requieren el concurso de varias actividades productivas y complementarias. 

Cuando llega el fin de semana, una gran parte de la población necesita adquirir otros bienes y servicios, que son los relacionados con actividades placenteras, entre las cuales está la de presenciar un espectáculo, ya sea concurriendo a un lugar específico para ello, o mediante los diversos medios disponibles para poder disfrutar de un espectáculo sin salir de la casa. Los protagonistas de tales espectáculos son artistas o deportistas que reciben por su trabajo, una paga proporcional al requerimiento del público. Hay una gran cantidad de aficionados a los deportes y a las artes que para poder iniciarse en tales prácticas necesitan del apoyo familiar, para luego sostener su propia vida y su carrera deportiva o artística con lo que ganan por un “trabajo normal”.  

Hay quienes hacen de la práctica deportiva o artística un medio de distracción para todos los fines de semana de su vida. Por poner un par de ejemplos: Hay quienes durante toda su vida se reúnen con otras personas para alquilar un campo de juego y así poder practicar el deporte que los apasiona, y también hay quienes gastan parte de su dinero para poder reunirse a compartir la música, el canto, la danza, el arte escénico, etc. 

Existen deportistas y artistas que, gracias a que son muy requeridos por el público, pueden cobrar por lo que pasa a ser la prestación de un servicio, recibiendo una paga mayor cuanto mayor sea la demanda de sus servicios como deportista o como artista. Son los dichosos que han llegado a vivir de la actividad que inicialmente hacían por placer, con el sueño de que algún día esa actividad llegase a ser requerida como un servicio por el cual alguien estuviese dispuesto a pagar. 

Mientras uno espera la vacante que permita trabajar en lo que uno desea hacer, si tiene que mantenerse por sí mismo, deberá trabajar en lo que haya. Por ejemplo: Si el placer de uno es conducir vehículos, hasta poder trabajar como conductor de un vehículo, deberá subsistir como ayudante de carpintería, por decir un oficio. Algo sí ocurre con artistas y deportistas que trabajan en otra actividad para subsistir, mientras practican en casa o con amigos la actividad que les produce placer. 

No siempre y no todos podemos trabajar en lo que nos gusta y apasiona, pero debemos poner pasión y esmero en lo que nos toque hacer, para lograr la excelencia en lo nuestro y así obtener el prestigio que puede darnos mejores oportunidades. Así estaremos contribuyendo al bien común, al bien de la comunidad en la que estamos junto a nuestros parientes y amigos.   

19 de Enero de 2.021.

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