Por Crístian Ramón Verduc
28/02/2023
"¡Ay, carnaval de mi vida! ¿Ímaj ‘ripanqui?"

(¡Ay, carnaval de mi vida! ¿Por qué te me lo vas?). Don Julio Domingo Ayunta cantaba su vidala Añorando el carnaval, como parte de su canto quichua dominical en el Alero Quichua Santiagueño. No faltó también su cantar en los escenarios y ante otros micrófonos, ya fuese con el Alero Quichua, o con su hermano, o también solo él y su guitarra.  

Don Julio Ayunta ha grabado Añorando el carnaval en el disco Volumen 1 del Alero Quichua y ahí la tenemos para aprenderla. Parte de esta misma vidala ha sido grabada por Don Fortunato Juárez para la tarea de recopilación que hizo Leda Valladares.  

Añorando el carnaval es una queja porque el carnaval se termina y con él también un amor de pareja que lo tenía ilusionado al cantor; todo eso hace que termine cada estrofa diciendo: “¡Ay, vidalita, huackachianqui!” (¡Ay, vidalita, me haces llorar!). 

Los carnavales “de antes”, de hasta hace muy pocas décadas, solían ser muy esperados por la mayoría de nuestros comprovincianos. El Lunes y el Martes de carnaval estaban entre los pocos números rojos del almanaque. Los “cuatro días locos” del carnaval comenzaban el Sábado después del mediodía. En carnaval, “nadie dormía la siesta”; era el momento de jugar con agua entre vecinos y familiares; era el momento de comenzar a bailar y posiblemente de iniciar un romance breve o definitivo. 

Durante esos cuatro días, había bailes de carnaval diurnos y nocturnos en clubes y locales similares. También había bailes improvisados entre vecinos, con una organización parecida a la de los locales donde se hacen estos encuentros, pero sin movimiento de dinero de ninguna índole. Era común el disfrazarse, aún sin ser parte de alguna comparsa que participaría en los corsos. 

Pasado el Martes de carnaval, se trabajaba nuevamente, mientras se esperaba con ansias el “entierro del carnaval”, con sus juegos y bailes, lo que ocurría en el fin de semana siguiente.  

Una vez enterrado el carnaval y quemados los muñecos que podrían haber estado adornando calles y locales de baile, el Lunes había que volver al trabajo y prepararse para el ciclo escolar de los niños. También parecía que inmediatamente comenzaba a “aflojar” el calor, anunciando los vientos otoñales, los fríos del Invierno, esperando la llegada del día del estudiante y una nueva cuota de alegría, aunque con más calma que durante el carnaval. 

Después del carnaval, junto con la actividad escolar venían los días de fiestas patrias, con sus actos solemnes en plazas, avenidas y escuelas, seguidas de festejos populares en los barrios, los que se hacían por la tarde con diversas competencias de habilidad entre niños y también entre adultos. 

El carnaval era muy esperado, y su final nos dejaba una cierta nostalgia por haberse terminado un breve tiempo de felicidad intensa, en unos días en que no faltaban las visitas de familiares que habían emigrado a otras provincias. El carnaval era una buena oportunidad para que quienes habían ido a trabajar o estudiar lejos del pago, volviesen aprovechando un breve receso en sus actividades. 

Con el paso del tiempo, las costumbres populares han ido cambiando, especialmente a partir de los años ’90. Parece ser que desde esos años, comenzaron a proliferar los bailes de cada fin de semana y los feriados largos. Llegó un momento en que parecía que no había carnaval, ya que esta fiesta había dejado de ser especial pues, como decía un paisano: “Todo el año es carnaval”. 

Este año, el carnaval ya ha pasado, el personal de los establecimientos educativos ha vuelto a sus tareas el segundo Lunes de Febrero; pocos días después han comenzado los exámenes previos al comienzo del ciclo anual. Ahora, después del carnaval, muchas familias están comprando lo que sus huahuitas van a necesitar para el año escolar. Llega Marzo y con él llega el comienzo de las clases. “Antes”, solían decir “vuelven las blancas palomitas”, por los blancos guardapolvos del alumnado. El personal docente también luce sus guardapolvos blancos. 

Está finalizando Febrero, con la expectativa de que estamos por volver a la radio, a compartir nuestro Alero Quichua con los oyentes de prácticamente todo el mundo. 

Se nos fue el carnaval, lo hemos despedido con alegría porque ya están por volver los programas nativistas de cada año. 

28 de Febrero de 2023. 
 

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